La Mezquita de la Cometa, por Alberto Moreno

Inscripción, 1717, frente de la ermita de la Cometa. Fuente: el autor

 

PRESENTACIÓN, por José Luis Luri

Siempre que observo la fachada de la ermita de San Juan Bautista de la Cometa, en Calp, con su inscripción frontal que indica la fecha de 1717, me siento embargado por la curiosidad y la frustración. Curiosidad por conocer todos los detalles que encierra su pequeña historia de tres siglos; frustración, enorme, al ser consciente de la dificultad de encontrar las fuentes testimoniales que puedan alumbrar las huellas de su pasado: ¿existirán éstas acaso, escondidas en algún legajo que se halle sometido a las extrañas reglas de la causalidad?

Cuento con la evidencia documental de que la vieja casona a la que se adosa, hoy reconvertida en obra vulgar, ya existía en 1723. En aquella época el campo calpino se hallaba despoblado y poco sentido tenía erigir un pequeño templo de estas características en un entorno solitario y peligroso. De hecho, albergo la sospecha de que la datación en piedra de 1717 bien pudo inscribirse mucho tiempo después a ese año por algún motivo desconocido.

Joaquín Abargues Feliu. Fuente: RAMOS PÉREZ, Vicente. Historia parlamentaria, política y obrera de la provincia de Alicante. Alicante, 1988, v. I, lám 6.

El informe del arzobispo Fabián y Fuero (1791) deja constancia de la existencia de la construcción como “capilla de la heredad de Torres, dedicada a San Juan Bautista”. Torres, en realidad José Abargues Sala, doctor en leyes, había renunciado a su apellido paterno al fundar el vínculo o mayorazgo familiar e instar su ejecutoria de nobleza. Torres (Abargues), uno de los grandes propietarios rurales de la comarca, vivía a caballo entre Valencia y Benissa, muy poco concernido por el acontecer cotidiano de su heredad de la Cometa de Calp.

Su vasto poder, político y territorial, fue legado a su hijo, el hereu familiar, Joaquín Abargues Feliu (1787-1847), personaje sobresaliente, de carácter singular, muy enraizado en las ideas liberales de la época. Fue Abargues diputado progresista en el Congreso entre 1813 y 1814, así como entre 1834 y 1838, y senador entre 1841 y 1842. Joaquín Abargues, entre 1823 y 1833, vivió exiliado en París y Londres ante la situación política que provocó la reacción absolutista en nuestro país, tan adversa a sus ideas avanzadas. El benisero fue hombre predilecto de Juan Alvárez Mendizábal, impulsor de la primera desamortización liberal, antes factótum conspirador de la revolución, líder del partido progresista y firme pilar de la Masonería Española de aquel tiempo.

Real orden relativa al secuestro del manifiesto titulado «A la Nación Española, de la firma de Joaquín Abargues, 1814. Fuente: AHN

¿Fue Joaquín Abargues francmasón como su destacado mentor? Todos los aspectos que hemos tratado apuntan a una respuesta afirmativa: su adscripción a las ideas constitucionales liberales, su retiro inglés —los trabajos de las logias británicas iban íntimamente ceñidos a los cambios políticos europeos— y su destacadísima labor, como político correoso y comprometido en un momento clave del parlamentarismo español de la primera mitad del XIX, refuerzan esta presunción.

He querido compartir mis dudas con un especialista, Alberto Moreno, buen amigo, estudioso de la Masonería Inglesa y Española, a la vez que destacado experto de la iconografía y el simbolismo esotérico. Alberto termina de publicar una obra enciclopédica sobre Masonería: “El origen de los grados masónicos”. Con alguna información que le procuré en su momento y sus propias averiguaciones, me remite el siguiente artículo que incluyo a continuación. Debo subrayar que este trabajo suyo ha superado todas mis expectativas.


Ermita de San Juan de la Cometa, adosada a la que fuera Casa-fortaleza del s. XVIII. Fuente: el autor

 

LA MEZQUITA DE LA COMETA, por Alberto Moreno

Siguiendo la sugestiva propuesta que me hizo José Luis Luri encaminé mis pasos hacia Calpe con la intención de poner mis conocimientos al servicio de sus trabajos de investigación. Al llegar a la ermita pude ver en las inmediaciones las denominadas Cases de Torrat, así como los riuraus empleados para la producción de la pasa. A pocos metros de la ermita se hallaban dos aljubs cuya peculiar cúpula denotaba el pasado morisco de la zona.

Actual imagen del San Juan niño, en la ermita de la Cometa de Calp. Fuente: el autor

Al observar la ermita exteriormente, comprobé que esta había sido reconstruida. La pared norte mantenía la parte inferior del muro original, pero el resto se había rehecho, siempre en una mampostería bastante pobre. La fachada había sido recubierta de piedra, detalle que le daba mucho mejor aspecto. Se añadió una amplia espadaña a la ermita, y se cuidaron los detalles al punto de intentar simular un arco de descarga, un metro por encima del dintel de la puerta, el cual a su vez aparentaba un falso arco en cuya dovela central estaba grabada la fecha de 1717.

Por dentro la ermita se hallaba inmaculada, con un perfecto encalado de las paredes y todos los detalles sumamente cuidados. En el muro oriental, en una hornacina acristalada, encontré un San Juan niño, o como suele denominarse habitualmente, un Sant Joanet. Sobre el altar aparecían los restos de otra estatua de San Juan niño, destrozada durante la Guerra Civil. En principio nada parecía llamativo… salvo el Sant Joanet. Por mi experiencia en el estudio de la Masonería sabía que un San Juan encierra siempre un simbolismo complejo. Cuando abandoné la ermita tenía la sensación de que únicamente la fecha del dintel podía referirse a la Masonería, pero incluso eso distaba de ser demostrable.

Parte de la estatua del San Juan niño, realizada en mármol de Carrara, estilo neoclásico de finales del s.XIX. Ermita de la Cometa. Fuente: Bernat Banyuls

Al comenzar a consultar diversas fuentes referentes al Sant Joanet, enseguida se hizo evidente algo bien sabido por aquellos que conocen las tradiciones religiosas de España: San Juan Bautista no es solo un profeta cristiano, sino también del Islam, de modo que aparece en el Corán bajo el nombre de Yahia. Por ello había sido habitual que los moriscos conversos al cristianismo consagrasen sus iglesias a San Juan Bautista, no solo en Valencia sino por toda la geografía morisca española. Para el que quiera hacerse una idea rápida de la importancia de San Juan Bautista en la cultura musulmana española, le recomiendo que lea en internet el artículo escrito por la arabista Mabel Villagra, titulado Celebrar San Juan en Al-Ándalus, de la Ansara a los Moriscos[1], artículo del que me permito extraer los siguientes párrafos:

En el mundo andalusí, la Fiesta de San Juan fue celebrada por cristianos y musulmanes e incluso por judíos siendo conocida popularmente como ‘Ansara.  San Juan o ‘Ansara es, además, el momento que propone el esteta Ziryab (s.IX)  para  pasar de la ropa de invierno a los vestidos blancos de verano.

Más tarde, el Calendario Musulmán de Córdoba (961) nos habla de nuevo de esta festividad, equiparándola a una fecha cristiana: «24 de junio: Cuando Josué detuvo el sol; fiesta de la natividad de Juan, hijo de Zacarías».

Durante los reinos de Taifas (siglo XI)  sucedió otro tanto, cristianos mozárabes y muladíes celebraban estas fiestas (San Juan y San Pedro) en conjunto siendo muy criticadas por los ulemas y alfaquíes por ser contrarias a las costumbres y la religión islámicas. Así se nos cuenta lo ocurrido bajo el gobierno de Al-Ma’mûn, en la antigua Madrid (Mayerit) árabe tenían donde había que tomar medidas para evitar desórdenes y conductas ajenas a la moral islámica: «En las noches de San Juan y de San Pedro se tenía que reforzar la vigilancia en las murallas de la plaza, porque los infieles y enemigos de Alá (cristianos) se juntaban a pretexto de sus devociones a los benditos siervos del Señor, y recorrían los campos con lascivos bailes y gritos de alegría, así los hombres como las mujeres, que, sin velos que tapasen sus rostros, corrían desordenadamente ofendiendo a Alá con sus gritos».

Al percatarme de que el origen de la ermita de la Cometa podía ser más complejo de lo esperado, opté por comprobar su orientación sobre el mapa: resultaba evidente que la ermita no estaba orientada al este, como hubiese sido lo propio de un templo cristiano, sino al sureste, que era la orientación de las mezquitas en la España musulmana. No está de más apuntar que en la geografía española hay ciertas variaciones en el modo de orientar las mezquitas al sureste. Recomiendo a este respecto otro artículo publicado en su blog Tauste Zagri por el arquitecto técnico zaragozano Jaime Carbonel (con una sola l), titulado Orientación de las mezquitas[2]. Extraigo algunos párrafos ilustrativos:

La idea de rezar mirando exactamente hacia La Meca no es del todo precisa. En el caso de al-Andalus, podía considerarse correcto rezar hacia cualquier punto del cuadrante SE, no en base a una supuesta incapacidad para encontrar la orientación exacta sino más bien atendiendo a otros criterios. Seguramente, cuando en la fundación de una mezquita intervenían los alfaquíes, éstos tratarían de imponer la solución más conservadora, por ser la que más hacía distinguirse de los “infieles” cristianos, dando una orientación de 45º en adelante (siempre medidos a partir de la dirección Este), llegando en algunos casos hasta los 90º, es decir, dirección Sur.

En al-Andalus, podríamos dividir las mezquitas en dos grupos en función de su orientación, aunque no haya una frontera angular claramente marcada. Uno sería el de aquellas mezquitas cuya fundación ha dependido fundamentalmente de los dirigentes religiosos, y el otro el de aquéllas en cuya fundación han intervenido criterios más liberales y científicos, es decir, de tipo astronómico.

A estas alturas de mi investigación, se me hacía cada vez más consistente la idea de que la ermita de la Cometa había sido originalmente una mezquita, que en su orientación se habían seguido criterios meramente astronómicos y que el muro que ahora ofrecía la hornacina con el Sant Joanet fue inicialmente la quibla o muro de la mezquita orientado a La Meca y hacia el que los fieles musulmanes dirigen sus oraciones. Entre las iglesias famosas orientadas al sureste por ser concebidas originalmente como mezquitas encontramos la Seo de Zaragoza, la Catedral de Sevilla (86º, casi totalmente al sur, probablemente por presión de los alfaquíes), la Iglesia del Cristo de la Luz (Toledo), y las catedrales de Córdoba y Valencia. Córdoba y Valencia presentan la peculiaridad de que las naves centrales están dispuestas paralelas a la quibla, de modo que es el transepto lo que nos da la orientación de la mezquita original (ortodoxa –muy hacia el sur– en el caso de Córdoba, y astronómica, idéntica a la orientación de la Cometa, en el caso de Valencia).

 

Aunque es más difícil documentar ermitas que grandes catedrales, la ermita de la Santa Cruz en Chelva (Valencia) está orientada también como una mezquita porque originalmente lo fue (en este caso la orientación es también astronómica). En realidad, aunque en este momento no estemos en condiciones de argumentarlo, pero dado que los moriscos eran una sociedad agrícola (y quizá más laboriosa y decente que los cristianos, léase a Cervantes y los comentarios del perro Berganza en «El coloquio de los perros»), parece lógico suponer que la Cometa de Calpe y la Santa Cruz de Chelva no deben ser casos excepcionales, sino que seguramente habrá más ermitas de origen islámico dispersas por la geografía española.

Un elemento que daba fuerza a la idea de que allí hubiese habido una mezquita era una reseña existente en un libro titulado Mudèjars, moriscs i cristians a La Marina i La Safor. 400 anys de l’expulsió[3], pues en este libro se afirmaba que en la zona de Llombers había existido una mezquita. Dicha referencia rezaba:

Llombers: asentament islàmic (s.XIII). Restes de material ceràmic en superfície. El jaciment se situa al vessant est del Tossal del Tabaco, dins la Urbanització Cometa III (diversos xalets están en zona arqueològica). D’aquesta alqueria les fonts ens diuen que tenia una mesquita, que fou donada el 1251 a Ramon de Savanosa, veí de Dènia (PÉREZ CASABÓ, 1993; DGPCV, J.Pérez Casabó, 1993).

La importancia de esta referencia es obvia, puesto que acota el espacio donde puede encontrarse la mezquita a una zona muy reducida. Pero hay un cuarto elemento que creo que es el que le da sentido al conjunto, pues lo hace viable al ejercer de reclamo necesario para la presencia de personas: la existencia de agua. A escasos metros de la ermita se conservan dos aljubs o aljibes moriscos para la recogida de agua pluvial, uno de los cuales conserva su típica cúpula morisca, como puede comprobarse en las fotos. Si hallamos presencia de agua en este enclave, resulta inverosímil pensar que únicamente lo hiciera para abastecimiento de un pequeño templo. Muy probablemente, donde ahora se sitúa la casa-fortaleza, habría existido una alquería o poblado medieval.

Vista de pozos y aljibe de la Cometa, a pocos metros de la ermita. Fuente: el autor.
Pozo con cubierta cónica de inspiración morisca. Fuente: el autor.

 

 

 

 

 

 

 

 

De modo que si resumimos estas evidencias, nos encontramos con los siguientes puntos:

1.- Referencias literarias a la existencia de una mezquita en épocas pasadas, cuya existencia actual se ignora pero que debería situarse en un área muy restringida (Llombers) y bien localizada.

2.- La existencia de rastros arqueológicos islámicos del s.XIII en la Urbanización Cometa III.

3.- La existencia de un templo que no está orientado al este, como correspondería a un templo cristiano, sino al sureste, lo que corresponde a la disposición típica de una mezquita.

4.- La advocación de ese templo a San Juan Bautista, santo habitual en las comunidades moriscas convertidas al cristianismo, pues aparece en el Corán y protagoniza la fiesta del comienzo del verano también en el mundo musulmán.

5.- La existencia de unos aljibes de fisonomía típicamente morisca a escasos metros del templo.

Creo por todo ello que la mezquita perdida a la que alude Pérez Casabó y que fue donada a 1251 a Ramón de Savanosa ocupaba el mismo solar que la actual ermita de la Cometa, y que fue consagrada como iglesia al culto de San Juan Bautista por moriscos que se bautizaron para quedarse en España. Sin duda el edificio debe haber sido reconstruido en numerosas ocasiones, pero el solar con toda probabilidad es el mismo.

 

Interior de la Ermita de San Juan de la Cometa en la actualidad. Fuente: el autor

Quedan tres cuestiones por comentar de la ermita de la Cometa:

1.- La etimología de la palabra «cometa», que deriva del valenciano «coma», las vaguadas que pueden verse por la zona, razón por lo que es común el topónimo «cometa» y se presenta repetidamente.

2.- La razón por la que el San Juan Bautista de la ermita es un niño, un Sant Joanet. El hábito de presentar a San Juan Bautista como niño tanto en la pintura como en la escultura tiene como fin distinguirlo de San Juan Evangelista. Únicamente se representa a San Juan Bautista como adulto cuando está ejerciendo de Bautista en el Jordán o cuando se ve claramente que está en el desierto; en los demás casos se le representa como niño (hay excepciones, pero entonces se le pone un signo claro que lo reconozca como el Bautista, ya sea una piel de camello o un cordero). La importancia de diferenciarlo como Bautista o Evangelista se debe a que San Juan Bautista, (el San Juan joven o niño) marca el comienzo del verano, mientras que el San Juan viejo, el Evangelista, cuya fiesta es el 27 de diciembre, marca el comienzo del invierno; asuntos que en una sociedad agrícola son primordiales.

3.- La fecha de 1717. Este es el asunto por el que yo acudí a la ermita de la Cometa. El hecho curioso es que la fundación de la Masonería Moderna en la taberna de El Ganso y la Parrilla de Londres tuvo lugar el 24 de junio (fiesta de San Juan de Verano) de 1717… y allí encontramos un San Juan de Verano y una inscripción que indica 1717. No obstante, creo que es más razonable pensar que 1717 es el año de alguna de las muchas reconstrucciones que habría sufrido el edificio. Aunque he de reconocer que cada vez que observo la placa de azulejos que se encuentra junto a la entrada y leo “Ermita de la Cometa, año 1717”, no puedo evitar sonreír para mis adentros.

Alberto Moreno Moreno
www.morenomoreno.es

[1] http://historiayarabismo.wixsite.com/recreahistoria/single-post/2015/06/24/CELEBRAR-SAN-JUAN-EN-ALANDALUS-DE-LA-ANSARA-A-LOS-MORISCOS

[2] http://taustezagri.blogspot.com.es/2009/09/orientacion-de-las-mezquitas.html

[3] Crespo Mas, Teodoro y otros (2014). Mudèjars, moriscs i cristians a La Marina i La Safor: 400 anys de l’expulsió. Alicante: Institut d’Estudis Comarcals Marina Alta e Instituto de Cultura Alicantino Juan Gil-Albert.

5 respuestas a “La Mezquita de la Cometa, por Alberto Moreno”

  1. Un artículo muy interesante, me ha gustado mucho

    1. Un artículo para reflexionar, Juan Antonio. Un abrazo

  2. Josep Joaquim Tur Císcar dice: Responder

    Buenos días,
    Como hijo de la Cometa con una edad de siete años y más, descendiente de una viuda de Torrat, que se casó con el ti Cura, he disfrutado mucho con la lectura del artículo.
    La sabiduría lo preside, la fuerza lo sostiene y la belleza lo adorna.
    Ahora, si se puede, a confirmar las hipótesis. Emocionante!!
    Salud.

  3. Antoni Juan i Vives dice: Responder

    No tenía ni idea de que la Ermita de la Cometa pudiera haber sido una Mezquita, me encanta.
    Buen trabajo.

  4. Este primer paso obliga a investigar otras ermitas de la zona que cuenten con antecedentes documentales explícitos. En ello estamos.

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