
Cardona Ivars, en el año 2005, publicaba un magnífico trabajo sobre la partida rural benisera de Pinos: Pinos, una societat humana a la serra de Bèrnia. Con la presentación de esta obra, el cronista de Benissa ofrecía abundante información relativa al devenir histórico de esta pequeña aldea, sus caseríos dispersos y entorno natural. Entre otros aspectos, Cardona destacaba la importancia de la ganadería como recurso económico primario e indicaba que a finales del s. XIX los 13 ganaderos de la partida poseían un total de 727 corderos, entre otras especies pecuarias. Rafael Ivars Bertomeu con 112 y Joan Ivars Porcellanes con 164 eran los principales propietarios de cabezas, según reflejan los libros de amillaramientos municipales de 1898.
Estos recursos domésticos, indispensables para sacar adelante la economía de las familias, demandaban la atención permanente de una vida dedicada a la agricultura y al pastoreo. A la disposición de corrales en las casas de campo, se unía el aprovechamiento de los abrigos naturales, cuevas y pequeños refugios que ofrecía la orografía del terreno. Todavía podemos encontrar en la actualidad restos de estas sencillas construcciones de encerrar ganado junto a la carretera que atraviesa la Serra de la Solana en su ascensión a la pedanía desde la población.


Sin lugar a dudas, la Cova de la tía Isabel, en el Barranc del Conquet, es la muestra más importante de este tipo de refugios, más que por las ruinas de su redil, hoy inexistentes, por los restos arqueológicos prehistóricos y pinturas rupestres que se han localizado en su abrigo alargado y poco profundo. El antiguo camino de herradura que conducía desde Pinos a Benissa transcurría por la aldea de Lleus, a un kilómetro de distancia del primer punto, en cuyo enclave ya existía un poblado datado en la Edad de Bronce. La actual carretera que conduce a Pinos fue construida hacia 1920.


Pondremos nuestra atención en los dos corrales, rodats, que hallamos situados en el llamado Morro de la Francesa. Este accidente orográfico se sitúa entre el kilómetro 5 y 6 de la carretera, dentro del mismo contexto físico que la Cova de la tía Isabel. De hecho, y por dejar documentado el topónimo, nos referimos a la tía Isabel como la Francesa, Isabel Ferrer, quien fue propietaria de estas tierras y miembro de una familia singular, de ideas afrancesadas en su época, según nos relata un vecino de edad avanzada y originario de la aldea. Esta curiosa revelación situaría el origen del apodo hacia principios del s. XIX.
El rodat de Vicent de Juliá se encuentra en estado de ruina, apenas se conserva algún lienzo de su muro. A pocos metros de él, al sur, observamos los restos de una antigua edificación con corrales, de amplias dimensiones, y que se proveía del agua de un pozo. Un bancal destinado a era de trillar queda situado en un nivel inferior. Esta vivienda dejó de habitarse permanentemente hacia los años 40 del pasado siglo. Vicent de Julià, Vicente Molines Ferrer, era hijo de Julián Molines e Isabel Ferrer, dicha la Francesa. Los antecedentes de estos Molines proceden de Lliber. Así encontramos en su parroquia la inscripción bautismal de Julián Molines Moncho, nacido en 1868.


Frente a este conjunto y a una distancia de 150 metros lineales, se ubica el corral de Diego l’Almacera, Diego Ferrer, también situado en un abrigo cueva. El corral, a pesar del deterioro y la maleza, muestra un aceptable estado de conservación en buena parte de su fábrica, y ésto gracias a la solidez de los paramentos de su mampostería. Cuenta con un frente de 16 metros y un fondo de unos 4. En su interior encontramos los restos de una construcción destinada a refugio del pastor. Una pequeña tronera abre vistas hacía el camino. En sus inmediaciones existía un pozo.
Este corral se encuentra situado a apenas unos 30 metros de la carretera y estuvo albergando ganados hasta tiempos relativamente recientes. Muy probablemente fue levantado a principios del s. XX.
La Eva Pinera o Venus de Pinos
Se atribuye el descubrimiento de esta pintura, en los años 70 del pasado siglo, a don Juan Giner Monserrat, cronista oficial de Xaló. Representa la figura de una mujer levantina de cuerpo estilizado. La imagen que sigue está tomada del artículo publicado en la revista de fiestas de Benissa de 2017. Lleva la firma de Virginia Bar y Rubén Vidal, y se titula Les pintures rupestres de l’Abric de Pinos (Benissa). 18 anys de gestió del patrimoni cultural.

Molt interessant el tema de la ramaderia a la nostra comarca, com sempre, un estil clàssic i impecable en la presentació de l’article i, d’altra banda, la recerca del que van fer els nostres avantpassats, a més de educativa, resulta ser un exercici físic d’allò més sa.
He estat buscant les imatges de les pintures rupestres de la Cova de la tia Isabel, però no he trobat cap. A veure si pots localizarne alguna i la publiques per contemplar-la. Gràcies, Jose Luis ..
Gràcies, Gonçal. Ando detrás de unos rodats muy interesantes por tu tierra pegolina. En unas cuantas semanas colgaré algo. Voy a ver si subo alguna imagen de la Eva Pinera Una abraçada.
Un altre gran article i ja vas acostan-te a Benissa on hi ha molt i tenim molt poca informació.
Per Marnes i Bèrnia també hi ha molt.
Gràcies!
Gràcies, Víctor.