El destino profesional de muchos carabineros de costa −procedentes de toda la geografía española y en especial de poblaciones cercanas al puesto− dio ocasión a enlaces matrimoniales con vecinas del lugar. A pesar de aparecer estos forasteros como sujetos extraños, de difícil acogida para una sociedad parroquiana y cerrada, este maridaje fue relativamente habitual durante el último tercio del s. XIX y primero del XX. La vida del carabinero, muchas veces ingrata por los servicios penosos y el pobre reconocimiento institucional, había transcurrido anclada día y noche a la vigilancia de las playas solitarias, las calas y los acantilados. De la aduana a la tartana, del control al avistamiento, sus años de servicio se sucedían a espaldas de la vida de los pueblos en donde servían.
A esta cruda realidad cotidiana había que sumar la peligrosidad en el empeño de sus funciones. Los buques contrabandistas de la época se hallaban equipados para el combate naval, y los desembarcos de género ilícito se ejecutaban por grupos de hombres armados y dispuestos al enfrentamiento cuerpo a cuerpo. El contrabando se había constituido en un importante medio de subsistencia en las costas alicantinas ante la situación de penuria generalizada; por ello, esta actividad económica secular suponía la única fuente de ingresos de muchas familias locales durante buena parte del año. Entre la represión oficial y la tolerancia efectiva, cabía siempre la sombra de sospecha de la connivencia. Aún así, tenemos constancia documental de combates encarnizados entre malhechores y guardacostas, y son comunes las menciones públicas por la incautación de alijos, detenciones y salvamentos.
El tiempo de asueto de estos guardias se encontraba ligado al contacto con gente de paso, viajeros, comerciantes y también vecinos del disperso. Era habitual su concurrencia en pareja uniformada a los ventorrillos y cantinas -seco y distante el gesto- para el trago en conversación, y frecuente el trato informal con los habitantes de las casas de campo próximas al mar y los caminos.
El Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras había sido creado por real decreto de Fernando VII en marzo de 1829 y pocos años después, en 1833, pasó a denominarse Carabineros de la Real Hacienda. En ese mismo año fueron creados los puestos de costas de Calp, Collado y La Fossa, pertenecientes a la 6ª Comandancia con sede en Alicante. Destacamentos importantes de este litoral, entre cuarteles y casetas, se localizaban en los puntos costeros del Mascarat, Collado, Cabo Blanco, Bol, Ifach, La Fossa, Calalga y Bassetes.
En Calp tenemos evidencia documental de carabineros originarios de regiones tan distantes como Castilla o Galicia, aunque pocos de estos funcionarios echaron raíces en esta franja costera y cambiaron de plaza u ocupación al poco tiempo. Otros se vieron envueltos en riñas, actos criminales o delitos de sangre, tal como evidencia la prensa de la época.
El salario del carabinero constituía un ingreso modesto pero seguro, atractivo para las solteras pretendientes, que se veía mejorado con las retribuciones derivadas de su trabajo como jornalero eventual. Algunas familias calpinas, de amplia representación en la actualidad, tienen su origen en las nupcias contraídas por un carabinero destinado en Calp y una mujer natural de esta población. Son los casos de las familias apellidadas Cardona, Ivars, Mayáns, Poquet y Such, de fuerte implantación en la localidad, o los Bisquert, Castell, Delgado, Hernández o Román, entre otros, de muy escasa o nula vigencia hoy. Ofrecemos una reseña particular de las distintas familias por orden alfabético, con el temor de dejar alguna en el olvido:
BISQUERT
Originario de Jávea y adscrito al puesto de La Fossa, el carabinero Sebastián Bisquert Buigues, de Sebastián y Nicolasa, casó con María Crespo Roselló “Sola”, en mayo de 1894, en la iglesia parroquial de Calp. Tenemos constancia del nacimiento de dos varones de este matrimonio, Sebastián y Francisco, fallecidos a la edad de seis y dos años respectivamente.
CARDONA
Los hermanos carabineros José y Eugenio Cardona Catalá, originarios de Torrevieja y Jávea respectivamente, casaron, el primero con María Avargues Carratalá “Sinto”, en enero de 1910, y un año más tarde, Eugenio, con Isabel Berenguer Boronat “l’Aca”. Nieto de este matrimonio fue el malogrado Eugenio León Cardona, ex concejal de la primera corporación democrática calpina, e hijo de Pascual León Barrios y Teresa Cardona Berenguer.
CASTELL O CASTELLS
El carabinero José Castell Martínez contraía matrimonio en Calp con María del Rosario Pérez Ferrer “Bou”, de familia ventera, en febrero de 1911. Pedro Castells Martínez, hermano del anterior y también perteneciente al cuerpo, había casado con Antonia Hernández Pérez, hija de carabinero. Tras enviudar, Pedro contraería nuevas nupcias con su cuñada, María Hernández Pérez, ya en 1922. También incluimos en esta relación a José Castell Náquer, jefe de carabineros casado en Calp, oriundo de Treiguera, Castellón, y fallecido en su villa de acogida en agosto de 1933 a los 71 años de edad.
DELGADO
Destacan las nupcias contraídas en la iglesia parroquial de Calp entre el valenciano D. Amadeo Delgado Robelo, teniente de carabineros, de 36 años de edad y María Almagro Vengut, nacida en la villa de San Juan, Alicante. La ceremonia, celebrada el 9 de febrero de 1909, fue oficiada por el presbítero D. José Crespo y contó con una amplia representación oficial. Encontramos reseñada a María Almagro Vengut, ya viuda a los setenta años, en el censo de 1955. Vivía en la c/ Calvo Sotelo, 25, en compañía de una asistenta.
DÍAZ
Silverio Díaz Fernández, carabinero natural de Santa María la Real de Orense, casado en Calp con María Cabrera Tur “Pomera” en abril de 1912.
HERNÁNDEZ
De trágico recuerdo para la memoria histórica calpina fue la muerte del carabinero Vicente Hernández Navarro, natural de Xeresa (Valencia), población en la que había nacido en 1858. Hernández casó en Calp hacia 1890 con la calpina Antonia Pérez Ferrer “Bou”. Falleció el 30 de junio de 1905, a las 10 de la mañana, en la carretera de Silla a Alicante, junto a la Venta de La Morena, en partida de la Canuta, a causa de las heridas infringidas en el pecho y cuello por los vecinos de aquel paraje Ramón y Luis Ribes “Escolá” y Vicente Cabrera “Pomero”. Hernández dejaba mujer y cinco hijos. El jurado, vista la causa en la Audiencia de Alicante meses después, absolvió a los encausados y decretó su libertad sin cargos.
IVARS
Con descendencia en Calp. Procede del matrimonio entre el carabinero Matías Ivars Iborra, natural de La Nucía, de Mateo Ivars y Josefa Iborra, y la calpina Úrsula Crespo Roselló “Sola”, habitadora de la partida de Ifach. El casamiento tuvo lugar en Calp en el mes de febrero de 1901. Unas semanas antes había contraído nupcias en la misma iglesia un hermano de Matías, Miguel Ivars Iborra, con la también calpina Consuelo Barber Montaner.
MAYÁNS
Sobre el año 1880 se incorpora al puesto del Collado el carabinero de Jávea, Gaspar Mayáns Buigues, esposo de María Diego. De ellos, nace en Altea Pascual Mayáns Diego, quien casará a su vez en la iglesia parroquial de Calp, en noviembre de 1905, con Josefa Román Perles “La Morena”, de Cayo y María. Dos años más tarde casará también en Calp Josefa Mayáns Diego, con Salvador Cervera Chaume, efectivo procedente del Vergel. Las llamadas “Casas de Mayáns”, situadas en el paso del Mascarat, domicilio familiar, irán cayendo en un proceso de abandono y deterioro progresivo a partir de mediados del s. XX. Sus estructuras de entonces correspondían a las de la antigua venta, apostada junto al camino de subida al Collado de Calp desde Altea, que quedaba situada a cien metros sobre el nivel del mar y a unos cuatrocientos del deslinde de términos. La escabrosidad del terreno suponía una dura prueba para viajeros y trajinantes en su afán de superar el puerto. Esta familia, originaria de este paraje agreste, cuenta con extensa descendencia en el Calp actual.
POQUET
Tras un destino en Teulada como carabinero, se instala en el puesto de Calp Fabián Poquet Guerri, nacido en Parcent en 1858, hijo de Juan Bautista Poquet Calatayud y María Guerri Aguilar. Hacia 1890 Fabián contrae nupcias con Melchora Cabrera Pérez “Maset”. De este enlace surgen líneas familiares con extensa descendencia en Calp y Puerto de Santa María (pincha).
ROMÁN
Hacia 1870 se celebra en Calp el matrimonio entre María Perles Mas “La Morena” y el carabinero burgalés, originario del pueblo de Villahoz, Cayo Román Mate (n. 1841), efectivo destinado en el destacamento del Collado. La nueva pareja, tras regentar la antigua venta del Mascarat, pasó al nuevo edificio ubicado en el punto geográfico de La Canuta, de buen acceso, aspecto crucial que mejoraría sensiblemente no sólo sus condiciones del oficio de venteros, sino la seguridad y comodidad de usuarios y viajeros. En la puerta de este establecimiento perdió la vida el carabinero Hernández.
SUCH
En diciembre de 1877, en la iglesia parroquial de Benissa, contraían matrimonio Miguel Such Llorens, natural de Polop, de 25 años de edad, carabinero adscrito a la comandancia de Alicante y residente en Calp, y la benisera Pascuala Ivars Crespo, viuda de José Catalá. Instalados estos nuevos vecinos en las partidas de Oltá y posteriormente en el Barranc Salat, de estos ascendientes procede la extensa familia Such de Calp, dedicada hoy al oficio de la construcción entre otros.
El teniente en jefe de los carabineros de Calp en tiempos de la II República fue Francisco Alcaraz. Posteriormente, el cuerpo de carabineros se integró en el de la Guardia Civil, en 1940, una vez finalizada la guerra. Son muy escasos los documentos que manejamos de aquellos años.
Conservamos un censo electoral de 1955 que facilita buena información en relación a la población y la realidad social y económica del Calp pre turístico. Respecto al asunto que nos ocupa, este fondo indica que el número de efectivos de la Guardia Civil destinado en este pueblo en aquel año era de 20 (con casa cuartel en la c/ Purísima, 9, donde residían cuatro miembros): 12 en el casco urbano, 7 en el cuartel de la Calalga (establecido en 1923) y 1 en la Fossa.
Entre estos efectivos destacaba un sargento calpino que había servido en la Olla de Altea, José Ivars Avargues “El Roig”, casado con María Crespo Perles, con domicilio en c/ Purísima, 3. Dos números del contingente del 55, de origen forastero, casaron con hijas de Calp: Cristóbal Gutiérrez Fernández, de 34 años de edad, esposo de María Sala Pineda “Pepe Antoni”, domiciliado en c/ Generalísimo, 11 y Bartolomé Soler Bauset, de 35 años de edad, casado con María Elena Ferrer Tur “Chacala”, domiciliado en c/ Trinquete, 5. Agradecemos los testimonios de Antonia Santacreu Moragues que completan nuestras noticias.
Como punto final y de forma tangencial, deseamos dejar constancia de la existencia de un capitán retirado en Jávea hacia 1870, natural de Calp. Este personaje desconocido hasta el momento prestó servicios en la isla de Cuba, donde casó a mediados de siglo. Se trata de José Albaladejo Mayáns, hijo de Francisco Javier Albaladejo Martínez y Ana María Mayáns, matrimonio que contrajo nupcias en Benitachell en 1816. El calpino José Albaladejo casó en la ciudad de la Habana con Ana María de Guadalupe Romeu. De ellos hubo Francisco, que siguió la carrera militar y una hija, Ana María, dedicada a la docencia en Valencia (notas de Juan Bautista Codina Bas).
Que maravilla de treball! Enhorabona José Luis. I per si calgués actualitzar el treball, una tia meua Teresa Bañuls Moragues, també va casar amb un guardiacivil d’Altea. José Pérez. Viuen els dos i potser podien aportar alguna dada més.
Una abraçada imatges gràcies pel teu treball!
Gracias a ti, Bernat. Antonia Santacreu me habló de tu tía Teresa y su esposo, pero no tengo información al respecto. Cualquier cosa puede añadirse. Ya sabes que nosotros abrimos camino para futuras aportaciones. Que vengan otros que nos sucedan. Un fuerte abrazo, amigo.
Muy interesante. Nunca lo hubiera imaginado. El pasado te da sorpresas. Magnífico documento.
Magnifico articulo que a los que nos toca de cerca, seguro que nos traerán gratos recuerdos. Lo digo porque me viene a la memoria historias contadas por mi abuelo, Ramón Guardiola Barber carabinero destinado en La Fossa. Las largas noches acompañado por el ruido del mar y su perro no darían para escribir mucho pero para mi son muy entrañables. Gracias.
Muchas gracias, JPineda, por su comentario.
Mi tatatarabuelo Francisco Ferrer fue carabinero y tuvo como última residencia Jávea. Puesto que no parece que hubiera un puesto de costas en este municipio, ¿cuál sería el más próximo? ¿Moraira, Denia o algún otro?
Santiago: el puesto de la Fossa de Calp se abrió en 1923. En el pasado, algunos carabineros se acomodaban en casas de campo cercanas a la costa, donde vivían. Creo que es un caso general en distintos puntos del litoral.
El señor Bisquert también tuvo otro hijo que le vendió unas fincas a mi padre en Javea,se llamaba Jose Bisquert Crespo
Hola. Sabrías dónde puedo dirigirme si tienen documentos e información de carabineros sobre año 1880? Un tío tatarabuelo mío fue sargento 2º carabinero en Calpe. Gracias.
Está genial Jose Luís. Da gusto leerte
Muchas gracias, Javier