A finales del año pasado se vendió en Calp una parcela de terreno de 890 m2 con hermosas vistas al mar. Se trata en concreto de la parcela señalada con el número 5N de la urbanización Oltamar. Su nueva propietaria, de nacionalidad francesa, iniciará próximamente la construcción de una vivienda de diseño sobre la misma. El proyecto en ciernes, de vocación ecológica, respetará la existencia de un pino reverencial en el solar.
La noticia no encierra tintes especiales a primera vista. Relata un hecho habitual en el Calp actual. El asunto cobra nuevos matices si apuntamos que el enclave del terreno en cuestión coincide con el de la desaparecida casa solar de la aldea del Corralet, levantada en la primera mitad del s. XVIII. La parcela de la urbanización Oltamar incluye los 750 m2 de ruinas que indicaban los planos del catastro de rústica de 1961. Hoy, estas viejas estructuras se hallan desaparecidas, a excepción de algunas contadísimas piedras reducidas a reliquias de mampostería. Evidencias de piso, un sendero monte arriba, la rinconera de un horno, los restos de una era, huellas y trazas sutiles marcan el paso en el tiempo de una familia importantísima del Calp del XXI: los Pastor, cuyos orígenes conocidos desde el s. XVII proceden de la villa de Ràfol d’Almúnia. Una gran roca junto al camino pervive como hito histórico de arribada al paraje.
El área del antiguo casal, hoy la parcela edificable, puede distinguirse claramente en la imagen que aportamos del vuelo fotogramétrico interministerial de 1973-1986, fondo perteneciente a la fototeca del Instituto Geográfico Nacional. Dicha imagen muestra los restos de cimentación y arranque de muro de tres viviendas edificadas en fila, construidas de forma escalonada sobre el desnivel del terreno, Sus fachadas se hallaban orientadas al norte, disponiendo el ala sur, situado junto a camino, para el acceso a los corrales que quedaban a pie de firme. Décadas más tarde y en sus alrededores, nuevas edificaciones labradores fueron levantadas según aumentaban la familias.
Este núcleo rural tiene su origen en el lento movimiento repoblador del campo de Calp que se inicia a principios del s. XVIII y que se extenderá durante buena parte del XIX. Documentadas las casas en el informe Fabián y Fuero, sus últimos vestigios son testimonio del proceso de abandono material y despoblación humana sufrido en el paraje desde las primeras décadas del s. XX. La denominación “corralet”, documentada a finales del s. XVIII, sugiere la existencia en el lugar de un primigenio corral de pequeñas dimensiones, pero con el carácter suficiente para constituirse en un elemento de referencia del lugar y en topónimo centenario. Probablemente en dicho emplazamiento, y en aquel tiempo, pudiesen haber existido restos de una antigua alquería abandonada.
Amplia información de este núcleo desaparecido y de otras cuarenta viviendas rurales históricas puedes encontrarla en mi trabajo “Masías, casas fuertes y otras cosas memorables”, editado por la Asociación Cultural Roger de Lauria.
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