“Los niños corren. Se escapan de las manos de sus mamás. ¡Qué contentos están! ¿Qué les pasa? Van a Auxilio Social. Allí jugarán, allí rezarán, allí comerán. Unas señoritas, ángeles de Dios, les servirán la comida y les enseñarán cosas bellas. Ante la bandera de España cantarán los himnos. Auxilio Social, obra del Caudillo Franco, acoge a los niños desamparados como los acogía el Divino Maestro.” (E.P.E. Cartilla-Silabario español 2ª Parte, 1950).
La situación de Calp, lejos del frente de la contienda civil, había propiciado un clima de relativa paz y buena vecindad en la población, factores que atrajeron a numerosos refugiados durante estos años de guerra. La carestía de los precios y la ausencia de moneda fraccionaria habían atosigado la vida diaria de la amplia clase necesitada, mayormente marineros sin tierra y pequeños propietarios o jornaleros, cuyos mínimos recursos, en especial en el caso de los de mayor edad, les abocaba a la limosna o a ampararse en la beneficencia. Azarosa era también la existencia de los padres de familia con hijos de corta edad y trabajo inseguro, o en paro irremediable, sin los medios suficientes que les garantizasen el debido cuidado y manutención de sus pequeños.
El día 19 de mayo de 1939, el gobernador civil de la provincia nombra alcalde de Calp a Miguel de “Joaquina”, Miguel Femenía Baidal, y gestor municipal a Antonio Pastor Pineda; doce días después de la apertura del primer local de Auxilio Social en Calp, el comedor público subsidiado de la calle Generalísimo.
Para la propaganda de la época, “Auxilio Social es una institución del Movimiento y tiene por objeto llevar pan a los seres necesitados de él, y juntamente con el pan, la educación, la sanidad, la formación religiosa y moral, y la alegría de pertenecer a la comunidad nacional. Auxilio Social se nutre con los ingresos que le proporcionan la Ficha Azul y las cuestaciones públicas. Auxilio Social ha fundado muchos centros de asistencia social. Tiene hogares infantiles y escolares para los niños huérfanos o abandonados, tiene guarderías y jardines maternales, donde las madres trabajadoras depositan a sus pequeñuelos por la mañana y los recogen por la noche, espacio de tiempo en que han quedado admirablemente asistidos. Tiene cocinas de hermandad para las familias más necesitadas, centros de alimentación, comedores dietéticos, policlínicas y otros servicios de prestación social”.
Auxilio Social nació en Valladolid el día 30 de octubre de 1936, auspiciado por Franco y promovido por la Jefe Provincial, Mercedes Sanz Bachiller, y fueron las secciones femeninas de Falange las que iniciaron y organizaron este servicio humanitario. Dos meses más tarde se había extendido por España. En 1943 cuenta con cinco mil instituciones y asiste a unos dos millones de españoles.
Dos meses antes del fin de la Guerra Civil, queda habilitada temporalmente una casa de la calle Generalísimo –carrer de Fora−, propiedad de Antonio Ivars, conocida como el “Casino de la tía Teresa”, que se destina a comedor de la institución. El propietario percibe una renta mensual de 30 pesetas por su alquiler. El inmueble se pinta y adecenta con el escaso mobiliario cedido por la Delegación Provincial y las aportaciones de utensilios realizadas por vecinos benefactores. Un año más tarde, el 1 de septiembre de 1940, el comedor se traslada a la calle Santísimo Cristo nº 1, a una casa luminosa de planta baja orientada a sol naciente, propiedad de Vicente Iborra Cabrera, quien la arrienda por una renta anual de 300 pesetas.
La prestación del servicio comienza en el mes de julio, con la oferta de comidas a unos 20-25 niños, de edades comprendidas entre los 2 y 12 años, en su inmensa mayoría retoños de familias marineras, y a unos 7-10 adultos, en gran parte vecinos de edad avanzada. La cocinera es Paquita Tur Tur, perceptora de un salario mensual de 45 pesetas por su trabajo. Las camareras, con sus jefes y operarias, son voluntarias que también se dedican a la postulación y recepción de donativos. El Auxilio Social calpino, durante 1939, se financia con las aportaciones dinerarias de 109 vecinos, las cesiones y envíos de la Delegación Provincial y Comarcal, y por las donaciones que realiza el regimiento de Flechas Negras italianos, instalado en Calp al mando de Renzo Butti.
Las Delegaciones Provincial y Comarcal suministran arroz, garbanzos, patatas, pan, azúcar y azafrán sin coste alguno. El resto de los alimentos son adquiridos a los comerciantes locales. Los precios que paga Auxilio Social por los productos de primera necesidad son los siguientes: pan, en raciones de 200 gramos, a 12 céntimos, lo entrega José Argudo y Consuelo Catalá; Pescado: el kilo a 2 ptas., servido por María Martínez y María Lorenzo; harina: el kilo a 1,10 ptas., suministrado por José Argudo; la arroba de leche a 1,50 ptas., servida por Vicente Sivera; carne, a 6 ptas. el kilo, 8,5 si es de cerdo, suministrada por José Bertomeu y Miguel Ausina; sal a 12 cts. el kilo; leña a 2 ptas. la arroba, entregada por Francisco Ivars; tomates a peseta el kilo, cebollas a 30 céntimos, patatas a 60, servidos por Elena Tur; naranjas a 3 pesetas la arroba; aceite a 3 pesetas el litro; jabón a 2 ptas. el kilo, suministrado por Francisco Mulet; y la carga de agua a 1,25 pesetas. La limpieza la realiza Francisca Tomás, por diez pesetas, incluye el cambio de lavandería, unas dos veces al mes.
De los 109 suscriptores de la Ficha Azul, la gran mayoría entrega una cuota mensual de 1 a 5 pesetas. El principal donante es Vicente París Morlá, dueño del Penyal, que entrega una cantidad mensual de 50 pesetas. Los armadores de embarcaciones pesqueras realizan contribuciones de entre 25 y 30 pesetas al mes, y el médico Rafael Chirivella, 15 pesetas, igual cantidad que hace efectiva el ayuntamiento y el propietario del Parador de Ifac, Antonio García Sapena, a partir del 1 de enero del año siguiente.
En 1941, elaborado el censo de beneficencia, se ofrece auxilio a más de 60 personas, en su mayoría subsidiados por vejez, pero en general, los ancianos no se acogen a los servicios de comidas. El comedor, que cuenta en sus nuevas instalaciones con 50 plazas, atiende diariamente a unos 22 niños. La situación económica en la localidad sigue siendo acuciante, con 20 varones en paro forzoso y 100 mujeres en igual situación.
En esta fecha, el personal de Auxilio Social se ha visto incrementado con la contratación de los servicios de un auxiliar de oficinas, Enrique Bisquert Cardona, de 25 años, soltero valenciano, que percibe 30 pesetas de sueldo mensual. Como cocinera continúa Francisca Tur, viuda de 30 años, que no ha visto alterados sus emolumentos, y como encargada de almacén y comedor Auxilio Social incorpora a Angelita Tur Cabrera, soltera de 30 años, con un sueldo de 30 pesetas mensuales, quien se ocupa de la atención del comedor.
Como distinción al personal voluntario que durante estos años prestó su colaboración desinteresada en esta tarea humanitaria, no olvidaremos a las jefes de comedor: Teresa Crespo Ausina, Encarna Roselló Ivars y Antonia Martínez Martínez. Y a las camareras, también dedicadas a la postulación: Pepita Ferrer Ivars, Clara Cabrera Ivars, Remedios Jorro Sapena, Pepita Tur Ribes, Paquita Ordines Moragues, María Tomás Sau, Paquita Sala Pineda, Trini Ferrer Femenía, Antonia Tur Perles, Florencia Ordines, Paquita Ibañez Garcelá, Pepita Moragues Martínez, María Zaragoza Mengual, Isabel Perles Barber, Clara Pineda Roselló, Angeles Martínez Montaner, Paquita y María Tur Zaragocí, Rosario Vives Tur, María Roselló Ivars, Antonia Pastor Pastor, María Sala Pineda, María Pastor Barber, Teresa Montaner Ivars, Rosita Pérez Barber, Pepita Roselló Barber, Leopoldina Rodriguez, Pepita Tur Sala, Angelita Roselló Ivars, Asunción Ferrer Boronat y Pura Mengual Ferrer.
Esta obra social, qua aparentemente resultaba el fruto de la solidaridad entre acomodados y necesitados, fue impulsada con rigor y coacción desde los organismos superiores. El 11 de enero de 1941, el Delegado Comarcal, desde Altea, apercibía a la camarada delegada local, porque “en dicha población de Calpe figura un descubierto muy elevado en cobros de Ficha Azul, lo que hace pensar que tú no pones la actividad y diligencia debidas en el desempeño del cargo. Para cubrir el descubierto deberás emplear primero la persuasión, haciendo comprender a los morosos, la necesidad de que satisfagan las cuotas que tienen suscritas, pues lo contrario es ponerse al frente de los postulados de la Gloriosa Revolución triunfante, que en primer plano coloca la asistencia social a los desamparados de la fortuna. En caso de no prosperar el procedimiento amistoso, me lo comunicarás para yo dar parte a la Delegación Provincial a los efectos que procedan”. Son muchos los patrones de pesqueros emigrados a Málaga y Cádiz que deben pagar cuotas pendientes de Ficha Azul mediante giro telegráfico después de varias notificaciones.
El 20 de marzo, una nueva carta del administrador del servicio recrimina la actitud de “ciertas personas que además de negar su aportación mínima de 30 céntimos, se conducen incorrectamente con las señoritas postulantes que realizan su misión con un patriotismo de digno de elogio”. El administrador se despide saludando brazo en alto. Una semana más tarde se eleva la protesta escrita de la cocinera del comedor ante esta instancia, en la que denuncia que “halla sola habitualmente en él, debiendo cumplir el trabajo de jefas y camareras en desprestigio del servicio de la institución”.
La liturgia del comedor obliga al rezo diario del rosario que debe finalizarse con un padrenuestro por los “Mártires Caídos por Dios y por España”. A los adultos se le dan facilidades para reconciliarse con “Dios y su Iglesia”, invitándoseles a las misiones y ejercicios espirituales. Los niños y niñas deben de “sentarse por sexos separados, pero formando un único conjunto”.
Un oficio de agosto de 1941 solicita desde Alicante información sobre todos los individuos con medios económicos que no hacen el pago de Ficha Azul: “delito de lesa Patria, estrago para los niños depauperados que son los llamados a ser soldados del futuro”. El 25 de febrero de 1942 queda apercibido el administrador del comedor calpino por exceder en 28 céntimos el coste de cada ración de comida, que debe regularse en un máximo de 1,80 ptas. Cinco meses más tarde, reunidos el alcalde y Jefe local de sindicatos, Bernardo Sala Rodrigo, Juan Roselló Blanquer, delegado local de Auxilio Social, y don José Zaragoza Albaladejo, en representación de la Delegación Provincial, acuerdan la clausura del comedor y la disolución de la Delegación Local por “el reducido número de asistidos”.
Adscrito a la Universidad de Valencia, ese mismo año comenzó su andadura en Calp el albergue de la Sección Femenina “Daniel Moleres”, en aras de “la forja de la niña, futura madre española, que ha de ser fuerte de cuerpo y espíritu”.
“No se reconquistó pueblo o ciudad sin que entraran con las tropas las camaradas en Auxilio Social con las comidas calientes, los panes de Franco, la leche para los enfermos y los niños. Días enteros sin un descanso, con todas las incomodidades y las inquietudes y las amarguras de las horas que siguen a una ocupación militar”. (Anuario Sección Femenina, 1940)
Legado de España, nación de nostalgias presentes.