1273: El Rey Jaime I en Calp

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Jaime I, Rey de Aragón


Me cuenta mi buen amigo César Evangelio, investigador histórico benidormí, que el rey Jaime I estuvo en Calp tres años antes de morir, a sus sesenta y cinco años, concretamente en enero de 1273. Éste es el tipo de novedad que deja bajo de defensas intelectuales a cualquiera, absolutamente confundido, al no saber uno si se halla ante una efeméride de sobra conocida por la crema cultural o ante una primicia que demanda de documentación urgente. Ignorancia, fallo de memoria o ausencia neuronal: a saber…

Tras indagar en los textos del Padre Llopis en busca de un recordatorio -fuente bibliográfica de la que bebió Pastor Fluixá y muchos otros para documentar estas andanzas medievales-, encuentro una referencia sobre el viaje en cuestión en la que el rector afirma que el rey pasó por Calp y “tan amante de estas costas, quiso visitar personalmente el importante castillo de Calpe y su villa”.[1]

La referencia que me pasa César Evangelio es también bibliográfica y pertenece a la edición facsímil del Itinerari de Jaume I El Conqueridor[2], obra publicada en 1918 por Joaquim Miret i Sans, historiador y académico, miembro fundador del Instituto de Estudios Catalanes. Miret documenta esta visita real a Calp en una etapa viajera que conducía al Conquistador desde Denia a Murcia con parada obligada en Orcheta y Elche, y la incluye dentro del apartado de actividad de don Jaime del primer mes de 1274:

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Estatua ecuestre de Jaime I en Valencia

“Encaminant-se a Múrcia, el dia 11, passà per Orqueta (“Datum apud Orchetam III iduas januarii anno Domini MCCLXX tercio”), on confessà al seu batlle de Dènia, Simó Guasch, “quod dedisti nobis ad opus missionis et expense domus nostre sex dierum per quos modo fuimos in Denia et in Calp” 2.903 sous i diners, mes 2.000 sous “ad viaticum civitatis Murcie ad quam ibamus.”[3]

 El Itinerario, con expresión del gasto incurrido, indica que el rey, procedente de Xàtiva, había permanecido en Denia entre el 4 y 9 de enero para aprobar las cuentas liquidadas entre el juez Vives de Valencia y el infante Pedro.

Más que por el gusto real de hacer recorridos a lo largo de nuestra costa durante los últimos años de su reinado y vida, su visita habría sido motivada por su continua preocupación en promover la repoblación del secarral calpino para proteger así el litoral, generar ingresos en sus arcas y poder ir liquidando las deudas contraídas por la Corona en sus campañas. En 1263, don Jaime había firmado en Zaragoza la entrega del Castillo de Calp a Carroz, señor del Rebollet. Con ello, el monarca perseguía que Carroz cobrara, con las rentas dimanantes del término: Calp, Benissa y Teulada, lo que adeudaba a éste por los gastos que había realizado en su nombre en Pop y Gandía. Dos años más tarde la liquidación de la deuda seguía en pie y el rey reconocía tener pendientes de abono a Carroz una suma de “150 morabetinos de oro bueno y de justo peso”.

En 1273, tres años antes de sofocar la revuelta de Orcheta y de producirse el sitio de Alcoy donde halló muerte Al Azraq, el rey Jaime perseveraba en su intención de repoblar nuestras tierras y generar recursos. Esta función se hallaba confinada en manos del alcaide y baile de Denia, Simón Guasch. Al año siguiente, Raimundo de Balbs, alcaide del castillo de Calp, recibió el mismo mandato real con la orden de establecer donaciones a repobladores cristianos o musulmanes, sujetas las cesiones al pago de un censo anual.[4] Ya fallecido don Jaime, su hijo Pedro El Grande haría entrega de la alquería de Alcanuta, la de Calp y Paratella, a Bernardo Durán.

Con la cuestión repobladora siempre de fondo, el 8 de abril de 1282, el rey Pedro III de Aragón ordena la edificación de un núcleo de poblamiento en las faldas de Ifac. Tres días después, el 11 de abril de 1282, el rey faculta a Arnaldo de Mataró para que proceda a la segregación del recinto en solares y haga donación de ellos a cuantos nuevos habitadores deseen edificar en el lugar. En 1298, Roger de Llúria comienza a levantar en Ifac fuertes murallas y defensas. Poco después de iniciar estos trabajos, muere el almirante, aunque las obras de fortificación progresan y será su hija, Margarita, la encargada de concluir la Pobla y erigir intramuros la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.

 

[1] CALPE. Llopis Bertomeu. Vicente, 1953, pág. 43. Transcribe documento de la Chancillería Real en apéndice 13, pág. 242, junto a otros originales que ilustran este artículo.

[2] MIRET I SANS. J. “Itinerari de Jaume I «el Conqueridor». Edición facsímil. Prólogo de M. T. Ferrer i Mallol. Editorial: INST. EST. CATALANS, BARCELONA (2004). Pág. 492.

[3] Miret señala como fuente el Archivo de la Corona de Aragón, ACA, reg. 19, f. 93., coincidente transcripción del texto documentado por el Padre Llopis.

[4] El documento se halla transcrito en el libro Calpe, del Padre Llopis, 1953, anexo 13. El original es de fecha 4 de enero de 1274. ACA, reg. 20, f. 204v.

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