Manel Arcos y el robo de Benimassot

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Manel Arcos (Oliva, 1965), periodista, investigador, conferenciante elocuente, nos regaló anoche con una excelente exposición sobre los hechos delictivos acaecidos en la pequeña localidad de Benimassot, comarca del Comtat, en febrero de 1874. Un “robatori” de 55.000 reales, perpetrado con “todas las de la ley”, que dejó tiritando los bolsillos de todos los “senyorets” del contorno. Hablamos, por supuesto, de líquido, de contante, puesto que los bienes raíces de los ricos nunca podrán usurparse con la fuerza de las armas, sino con la mañas de la astucia.

Manel presentó su libro, aunque escrito en castellano, en lengua valenciana: “el robo de Benimassot, una obra de tintes románticos y criminales que podría ser perfectamente transportable en sus contenidos a los tiempos actuales. Con una salvedad –que dejó bien clara el autor-: “si en aquellos tiempos los pobres robaban a los ricos, hoy en día son los ricos los que roban a los pobres”. Manel refleja en su libro los entresijos de la connivencia entre protectores y protegidos: abogados, notarios, bandoleros alfabetizados, subalternos y otras especies. “Reventaron a los machos”, afirma, cargados de doblones de la época en su trasiego por el barranco de Malafí. “Cayeron muertos”. Increíble botín. En la actualidad, estos trabajos resultan mucho más higiénicos y descansados cuando se ejecutan cómodamente desde la pantalla de un ordenador, aunque los bits dejen sus huellas por aquellos paraísos de la globalización.

Arcos explicó hábilmente la situación política y social de aquellos años convulsos de levantamiento y tensión revolucionaria. Ofreció un acertado recorrido por las circunstancias vividas durante la Primera Republicana Española, experiencia frustrada que tras la “dictadura presidencialista de Serrano” terminó por provocar la restauración borbónica.

Manel Arcos, ayer en Calp
Manel Arcos, ayer en Calp

El Calp de aquella época vivía bien revuelto en un puño de emociones. A las andanzas del revolucionario Tomaset, aliado del republicano Jaime Ortiz –el “Capitán Ortiz”, al mando de una columna revolucionaria, azote de carlistas y máximo representante de una familia calpina desaparecida- había que sumar los acontecimientos protagonizados por el también calpino Nicolás Constantini “Colau”, intitulado almirante de la flota del Cantón de Cartagena al mando de la Numancia, nada más y nada menos. Apenas tres semanas antes del robo de Benimassot, Colau abandonaba en huida el puerto de Cartagena al timón de la legendaria nave rumbo a Argelia, con más de mil seiscientos de los insurrectos en las tripas de la embarcación. Tendremos que escribir largo y tendido sobre el gran “Colau” y dedicarle una calle a su memoria, aunque sea en algún barrio de nuestra imaginación.

Seguiremos leyendo a Manel Arcos en obras venideras. Su foco de investigación se centrará en los sucesos acontecidos en otras comarcas valencianas. Habló de l´Horta y de las innumerables ejecuciones dictadas por el general absolutista Elio en su persecución a los liberales. En ello anda afanado, tras cuatrocientas trece presentaciones de sus obras a la espalda por diferentes poblaciones para darlas a conocer.

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